A veces es difícil empezar a conocer a las personas, sobre todo si se trata de una pareja potencial y a uno no se le ocurren temas de conver...

¿QUÉ SERÍAS SI FUERAS...?

A veces es difícil empezar a conocer a las personas, sobre todo si se trata de una pareja potencial y a uno no se le ocurren temas de conversación. ¿Verdad que es una situación súper mega molesta?

En fin, cuando entré a la facultad e hice nuevas amigas, de pronto se me ocurrió un juego psicológico para pasar el rato. Años más tarde lo puse en práctica con un novio (ahora ex novio). La verdad, resultó ser más acertado y útil de lo que había imaginado, de modo que voy a recomendarlo por si quieren hacer el intento alguna vez.

El juego es así: se trata de preguntar a la otra persona qué sería si fuera... lo que sea que se les ocurra. Por ejemplo:

un objeto
un animal (se puede dividir en mamífero/ave/insecto)
un alimento (se puede dividir en almuerzo/postre)
una catástrofe natural
una casa o edificio
un elemento de la tabla periódica
una región geográfica
una obra de arte
un personaje de libro
un personaje animado
un juguete
un medio de transporte
una fuente de energía

Y así por el estilo, alternando papeles ("yo te pregunto, luego tú me preguntas"). Ojo: no se trata de que la persona diga lo que le gustaría ser, sino que ha de elegir una respuesta auténticamente representativa; o sea, TIENE QUE EXPLICAR EN QUÉ MANERAS APLICA A SU CARÁCTER. Si yo fuera un animal, clavado que sería una ardilla: esquiva, solitaria, aficionada a trepar árboles (bueno, cuando era chica), con mucho cabello y amante de los frutos secos.

Y si fuera un objeto, sería un lápiz, dado que no sólo me gusta crear dibujos e historias, sino también pinchar a quienes se atreven a molestarme por mucho rato.

¿Qué se consigue con este juego? Muchas cosas. Para empezar, es una buena manera de sondear la cultura general de la otra persona (la pregunta de la tabla periódica, por ejemplo). También da pistas sobre su capacidad imaginativa y, después de un tiempo, sobre su honestidad.

Lo último es importante. Hay dos clases de resultados sospechosos:

1) Si la persona está diciendo la verdad, yo desconfiaría de cualquiera que se identificara con un cuchillo como objeto o una araña como animal, por ejemplo (casos reales de conocidas mías que resultaron ser traicioneras). Y si se identificara con una bomba atómica... PEOR, DIRÍA YO :-D (todavía no me he topado con alguien que dijera eso, por suerte). Vamos, que de nada sirve la honestidad si la persona te está revelando honestamente (quizás inconscientemente) que no es de fiar.

2) Si la persona está mintiendo, en el sentido de que sus respuestas no coinciden con lo que demuestra después, uno se hace una idea de cuán falsa es. Por ejemplo, si se identificara con un animal valiente pero luego actuara en forma cobarde (otro caso real). En las relaciones de pareja es particularmente importante la sinceridad en cuanto a los defectos, para que no exploten más adelante en la relación. Mi consejo: desconfíen de aquellos que, al preguntarles qué serían si fueran cosas negativas (una maldición o una catástrofe natural, por ejemplo), torcieran todas las respuestas para volverlas positivas. NADIE ES 100% BUENO.

¿Qué les parece el juego? ¿Se animarían a intentarlo con alguien? Si lo hacen, vengan a contarme qué pasó, así podré reunir más datos estadísticos (para darle o restarle validez científica). ¡Gracias por adelantado! :-)

G. E.

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